Mis trabajos
representan recuerdos, alusiones y menciones a la vida salvaje en combinación
con mi niñez y la percepción que tuve de ella durante mis primeros años de
vida, donde invente esa tierra imaginaria que funciona como un refugio personal
en el cual conviven todas mis influencias: la ciencia ficción, los dibujos
animados de los años 80s-90s, sus camadas inagotables de muñequitos, la
ilustración científica, los video-games 90´s, el cine clase B, y claro, una
figura central y protagonista: la Fauna.
La infancia y la fauna o la fauna y la infancia. Es
casi un cliché que a los niños les gusten los animales: curiosidad, gusto y
porqué no fascinación. Pero ¿qué ocurre cuando se traspasan los márgenes de
esta relación?...
Quien alguna vez se haya tomado un rato para apreciar
la apariencia que tiene la fauna, enseguida descubre que hay algo más detrás de
ella, algo que de niño me parecía NO ser de este mundo, y por eso la admiraba.
Eso me trasportaba a esta tierra imaginaria en donde podía estar con las mas
caprichosas y exóticas criaturas.
Sabía que había algo más de lo que se nos mostraba, y
esas especulaciones, fantasías y aventuras me dieron un imaginario tan
sobrecargado como especial, para mí. Fue así que, con el paso de los años
llegué a sentirme en deuda con los animales, por todo lo que me dieron, tanto
en la infancia como posteriormente.
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